DE ENSENADA A MORELIA

Hablando de primeras impresiones



Salimos de Ensenada a eso de medio día. Ya en Tijuana esperamos el autobús, saldría hasta las tres de la tarde. Emocionados, ya en el camión partimos y tras andar toda la tarde esparcidos en los asientos, vimos películas, leímos y escuchamos música.

Tras mucho ver, hablar y comer el descanso vino.

Por la ventana de la unidad vimos cactáceas en el paisaje ya oscureciendo, platicamos casi toda esa noche.

También dormimos bastantes horas. Al amanecer llegamos a Obregón. Lorena y la niña bajaron a comprar licuados, yo a estirar los pies y a aspirar el cálido aire sonorense.



Todo ese día avanzamos hacia el sur, llegamos a una terminal, luego a otra y a otra. La pequeña Italia observadora como es, se preguntaba cómo es que viajando tanto y llegábamos "siempre al mismo lugar".

Y es que la infraestructura de las terminales de autobuses en en norte de México, es similar, los detalles constructivos parecidos, techo alto, abierto para alojar las unidades. Si las ves de pasada todas parecen igual.

Tras otra noche en el autobus, desperté y eras como las 10 de la noche, ya en Guadalajara mande mensaje a una querida amiga que tengo en esa ciudad, me contestó rápido. Nos deseó unas lindas vacaciones.

Quedé en alguna vez regresar ahí.



Al amanecer, con el cambio de hora y eso, por fin llegamos a Morelia, algo cansados quise tomar fotos de la catedral, que teníamos justo enfrente. Lorena se molestó un poco. "Ya tendrás muchos días para tomar fotos, hay que desayunar", las primeras impresiones son difíciles de identificar, supe que estaba en una.

La inmensa construcción a la luz del amanecer, la arquitectura con todo ese detalle, las calles limpias, claro que quería tomas todas las fotos del mundo.

Además con esa luz rojiza del alba quien no se sentiría impresionado aún con dos días de viaje y hambre por conocer en dónde estábamos parados. Ahí empezó nuestro viaje a Morelia.
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Morelia y el centro histórico