Centro Histórico de Morelia

Nadie puede irse de aquí sin probar las enchiladas morelianas




Lo primero que hice nada más pisar la ciudad fue fotografiar la catedral, la foto no hace justicia a esa tonalidad rojiza del amanecer moreliano, las sombras difusas de las formas de la edificación, pero el recuerdo de ese detalle perdura.


Tras desayunar en un Samborns con vista a la misma catedral a través de un balcón, nos hospedamos en El hotel Real Madero en el Centro Histórico nos recibieron con un buen servicio, estuvimos tranquilos y sin problema de ningún tipo esa mañana y hasta la noche siguiente.


Es una ciudad que puede presumir de sus muchas plazas, y parques pegados a ellas. Hay gran cantidad de actividades desde bailables como el “baile de los viejitos”, hasta los vendedores de globos tienen su folclore.


Lorena sabía que era lugar obligado visitar, el claustro de las monjas, la casa de Vasco de Quiroga, que tenía que probar las enchiladas y la nieve, el chocolate y los tamales, tocar y sentir los muros de cantera. Percibir la humedad y el olor a antiguo de sus edificios, tocar sus ladrillos. Ella sabe de mí más que nadie.



Cualquier detalle es significativo, hasta las plantas que crecen en jardineras y macetas, varias veces tuve que cerciorarme que eran naturales, parecería que aquí tira uno una semilla a la tierra y crece algo, que bendición.

A cada lugar que volteo hay una postal digna de ilustración de manual, la gente, los cuidados edificios y porqué no, nosotros los turistas.



DE ENSENADA A MORELIA "LA CIUDAD DE PIEDRA ROSADA"

https://encuadre196.blogspot.mx/2015/11/de-ensenada-morelia.html